Un ritual de vida
Viernes
13 de marzo 2020 un soleado y caluroso
día, sobre Buenos Aires.
—Hola
me sostenes un momento esto por favor y me cuidas el lugar.
Como
con una frase tan simple se empieza a rodar toda una seria de sucesos que según
las decisiones que tomemos será para nuestra felicidad o nuestra desgracia.
A Germán le está
pasando en este instante. Laura su
vecina de años le pide asistencia con una maceta que contiene un cactus. Laura
es unos mujer de unos 30 y pico de años, muy bien llevados, hay que conocerla
para saber su edad .Pues sino claramente parecería no haber llegado ni a 30
años. Es profesora de gimnasia, pelo rubio ojos marrones claros, algunas
arrugas imperceptibles. Germán la tiene muy bien estudiada, la ha visto pasar y
se han saludado más de una vez, son vecinos pero jamás cruzaron más de tres o
cuatro palabras.
Germán es de pelo
negro piel castaña de contextura media. Germán es analista de sistemas.
Tiene 45 años, bien llevados hace gimnasia
en su hogar además corre 8 kilómetros día por medio. Es un tipo de hombre
solitario metido en su trabajo, vive solo. No es el tipo de hombre que disfrute
de su soltería, no va a bares ni a lugares sociales. Por alguna razón que él ha
dejado de investigar aun no se caso y parece que ese tren ya pasó. Su experiencia con el sexo
opuesto no ha sido traumática pero no ha tenido suerte. Se siente solo y sin propósitos
ni objetivos a Germán le cuesta mucho entablar relaciones interpersonales.
“Si claro, si” —dice
Germán y toma la maceta mientras Laura se aleja unos metros hasta el fondo del
mercado.
Ella tarda un momento
así que Germán sede su Lugar en la fila, hasta que Laura aparece con otros paquetes
en sus manos.
—Gracias, me olvido
siempre algo ¿Cómo andas? Ayer no te vi pasar corriendo.
“No es que hice otra
ruta sino me aburro y vos ¿Cómo andas?”
—Bien haciendo
cambios profundos en mi vida, pero mejor que nunca.
—Te toca. —German la
miraba en silencio.
—Te toca a vos la
caja.
“Señor por favor
avance. —dijo la cajera con voz fuerte.
“ haa si, si yo ,si
.—Germán avanzo ,fue y pago su compra en la primer caja. En la segunda pago
Laura así que salieron casi juntos del mercado.
—Te llevo.—dijo Laura
desde la ventanilla del auto. Germán siguió caminando sin acusar recibo.
— ¡Germán! —Grito
Laura.
“Si, decime”
—subí que te llevo.
“ Nooo estoy cerca”
—Pero aunque sin saber muy bien porque intentaba negarse a subir al auto de
Laura. Fue inútil Laura paro el auto e insistió.
Germán se resistía a
subir sin una razón clara, él quería subir, siempre le había atraído Laura pero
jamás intento nada. El era así, por eso
estaba solo.
El camino de 5
cuadras que era la distancia que separaba el mercado del barrio. Se les paso
hablando del hermoso día que hacía y lo complicado que era el transito
últimamente. Laura estaciono el auto en la puerta de la casa de Germán ambos bajaron, Laura
abrió el baúl para que Germán retirara sus cosas. Germán tomo sus cosas y se retiraba agradeciendo la amabilidad de Laura. Laura lo
saludo y por un instante quedo en silencio en el auto, como si mirara el
volante. Toco dos veces la bocina para llamar la atención de Germán y bajo del
auto, camino rápido unos pasos que era donde estaba Germán con la llave de su
casa en las manos y con una sonrisa pregunto:
— ¿Tenes planes para
hoy?
“¿Eh, eh? Si, no, no,
no tengo, es que. —Laura entonces le respondió
—Bue, ya tenes un plan. Te invito a la Azotea bar,
a las 22hs te paso a buscar. —Dio un pequeño trote se subió a su auto y se fue.
Germán abrió su puerta intentando no demostrar demasiada alegría, cerró la
puerta y con un gesto de puño cerrado dirigido al techo dio un fuerte ¡Siiii!.
Estaba realmente sorprendido y a la vez feliz.
Pensó; pero Laura
estaba casada, o al menos convivía con alguien. Igual ya es tarde averiguare
esta noche y ya veré.
A las 23 hs llegaron
a Azotea Bar y después de un momento;
desaprecio el ruido las voces, la música, el bullicio y las personas. Parecía que quedaron ellos dos solos.
Lo importante era que
Germán comprobó que Laura estaba sola, se había separado.
Ambos comenzaron el ritual amoroso, de una
manera mágica. Hacían las compras juntos y casi estaban todo el día juntos.
Salvo instantes en que Germán se iba a ver a algún cliente o Laura se iba a dar
clases al club. El martes a la noche compartieron la cena y luego miraron unos
minutos de tv , en la tv no paraban de hablar de la nueva enfermedad que nació
en China. Hicieron planes para el viernes ese viernes…
Pero el jueves se
anuncio una cuarentena sanitaria estricta, porque la pandemia había llegado.
Así pasaban el tiempo
ambos, extrañándose a rabiar .Y solo separadados por 200mts y el sentido de
deber cívico o miedo de Germán…
Pasaron los primeros
30 días, los 60 días donde solo se veían al ir a hacer las compras.
Pero pronto
comenzaron a usar el servicio de entregas del mercado. Así que también esos
encuentros eran escasos…
Laura llamo a Germán
pidiéndole que pasaran la cuarentena juntos. Pero Germán se negó muy
cortésmente:
“No corazón tenemos
que cuidarnos, esto es grave, cuando termine esto vamos a recupera nuestro
tiempo”
A Laura le supo a
poco la explicación pero no le quedaba más remedio. Ya había intentado de todo.
Eso la puso meditativa, nostálgica y meditativa.
El timbre de la puerta
sonó, y Germán atendió pero no abrió la puerta, era el chico del súper, quien
le traía su encargo. Germán le pidió que lo deje ahí sobre el suelo. El chico
hizo lo que le pidió Germán y se fue. Germán se puso el cubrebocas y entro el pedido. A la hora de almorzar prendió la Tv y
como todos los días puso el noticiero. La noticias solo hablaban de la pandemia de los muertos, de que debían
de cuidarse.
—Es importante
quedarse en casa. —decía la periodista mientras repetía la cifra de
contagiados. Germán comió un sándwich,
sus hábitos alimenticios no eran buenos
últimamente. Era raro el día que cocinaba casi tanto como el día que hacía
ejercicios. Su rutina se había limitado a levantarse tarde, lo más temprano era
a las 11hs. Revisaba su email, se serbia un café y prendía la Tv:
—En el día de hoy las
cifras de contagiados en EE.UU
ascienden a”…”, en Brasil ya superan
los “…”. Quédate en casa mantené la distancia social. —Era todos los días las
mismas frases a veces más a veces menos. Pero Germán las oía casi religiosamente,
acompañado de la misma rutina que todo combinado era un ritual. Solo las largas
charlas telefónicas con Laura le arrancaban una sonrisa y alguna carcajada.
Pero siempre se terminaba con la insistencia de Laura para que se juntasen a
pasar el aislamiento.
Pero Germano no
estaba dispuesto a enfermarse justo ahora que su vida había cobrado algún
sentido o enfermar a Laura. Así que Germán cumplía estrictamente el aislamiento,
se aferraba al término de esta pesadilla para recuperar el tiempo perdido con
Laura.
Germán junto las
cosas de la mesa y se cambio para realizar algo que se había propuesto el día
anterior, una limpieza total y profunda. Había escuchado en la Tv, lo
importante de desinfectar los lugares para impedir la proliferación del virus.
Por lo tanto tomo un balde lo lleno hasta la mitad de agua y luego vertió parte
de los productos de limpieza que el muchacho del mercado le había traído. Era
una ardua tarea la que se propuso, pero con la compañía de la voz del
periodista del noticiero. Empezó a limpiar y repasar cada mueble y rincón. Una
hs después se sintió algo cansado y decidió prepararse un té para tomarse un
descanso. El teléfono sonó era Laura:
— ¿Qué haces?
“Estoy por tomar un té,
estoy limpiando, desinfectando, tomando recaudos…
—Recaudos de ¿Qué?
“Por la pandemia, hay
que desinfectar y cuidarse” — por un instante hubo silencio, Laura no
respondió, pero cuando lo hizo dijo:
—Yo soy muy buena en
eso la limpieza, puedo ir y darte una mano, o dos y también todo mi cuerpo,
podemos aislarnos juntos. —esta vez el silencio fue de Germán.
—Estas ahí , Germán,
Germán..
“Si, si estoy acá, tu propuesta es tentadora, pe…
—Dale entonces estoy
ahí en un santiamén, me visto para que me desvistas, y ahí voy.
“Para, para Lau , no
, no mejor no Lau.. Nos tenemos que cuidar esto es serio. Yo no quiero que te pase
algo por mi culpa o que yo me enferme justo ahora que te encontré.
—Primero eso que me
encontraste, si alguien encontró a alguien fui yo. Dale, nadie se va a dar
cuenta que dos vecinos se unen en una casa, no hay nadie en la calle, me siento
sola.
“Mira tengo una mejor
propuesta dame una, solo te pido una semana y vivimos juntos. ¿Dale?.
—Hay Germán ya
pasaron 3 meses de lo que será unos 30 días, yo no estoy hecha para estar sola,
te necesito. —Silencio…
—Solo una semana
porque si no me voy a casa de mi hermana.
“Pero tu hermana
tiene hijos vas a exponer a tus sobrinos vos…sa..
—Mi hermana es medica
Germán ella me pidió que fuera no seas tan paranoico, te espero una semana,
una.
Laura cortó la
comunicación.
Germán tomaba el té, sentado en el comedor.
Casi vomita lo que tomaba pues empezó a toser. Se limpio el pecho y la falda
con el repasador y sintió que le faltaba el aire. Se levanto para intentar
abrir las ventanas y poder asirse de una bocanada de aire. Pero sobre se
levanto sintió como todo le daba vuelta agarro el celular y marco la
emergencia, luego todo se oscureció.
Poco a poco recupero
el conocimiento y vio sentado a un medico en el sillón de su casa.
“Doctor hola, ya estoy mejor.”
—Tranquilo Germán..Ya
están aquí. —Se escucho un golpe fuerte, y se acercaron dos personas, Germán se
desvaneció otra vez.
De vez en cuando
parecía recuperar parcialmente la conciencia pero no podía hablar. Sentía una
presión enorme en el pecho y le costaba mucho respirar. Parecía que iba en un
vehículo a veces podía distinguir la sirena de la ambulancia, a su lado iba
sentado el médico que lo observaba atentamente, eso lo tranquilizaba.
Veía destellos luces
y a lo lejos escuchaba las voces.
—Otro con covid,
abran paso. —maldita suerte se repetía en sus pensamientos, como me contagie. ¿Cómo?
si tome todos los recaudos, menos mal que no vino Laura. El bip del sonido de
los monitores, se empezaron a hacer más claro. Regreso en sí, e intento moverse pero no pudo, el doctor lo
miro y le dijo que se tranquilice. Volvió a perder la conciencia.
Cuando recupero el
conocimiento se sentía muy bien, ya no tenía la presión en el pecho ni la
picazón en la garganta, tomo un buen trago de aire para comprobar y suspiro aliviado.
Miro para un lado y
estaba el doctor.
“Gracias doctor mil
gracias a usted y su equipo.” —El médico
se acerco y le dijo:
—Shhh silencio, bien
vamos Germán. —y le tendió la mano. Germán se agarro fuerte, como para
asegurarse de no caerse. Camino unos pasos y se fijo para asegurarse que estaba
vestido. Caminaba por el pasillo del hospital, mirando lo que sucedía
alrededor. Gente en los pasillos y personal de salud para un lado y otro. Luego
de un instante se percato que seguía tomado a la mano del médico que caminaba
junto a él.
“Doctor ya estoy
mejor puedo caminar solo ya.” —dijo y se soltó de la mano. El médico no dijo
nada y siguieron caminando juntos en lo que parecía un pasillo interminable.
“Doc..No sé su nombre
,¿Cómo puedo llamarlo?. Le quiero agradecer de alguna manera.”
—No no hace falta es
mi tarea Germán. —Dijo el médico, mientras seguían caminando. Germán, pensó que
el pasillo era realmente largo. Miro a lo largo y solo veía el pasillo de
paredes y luces blancas. Se perturbo y
una idea asalto su mente , esto es un sueño, todavía estoy internado y…
—No Germán no es un
sueño. —le dijo el médico.
“Co..¿Cómo sabe lo
que pienso?, ¿qué es esto? “
—Esto es un final y
es un principio. —dijo el médico. Germán se dio cuenta que ya no caminaba pero
igual se trasladaba. ¡¿Qué me pasa son las drogas?,¿ es la enfermedad?.
—Ni lo uno ni lo otro
Germán, ya lo sabes solo que no lo aceptas.
“¡Nooo! No puedo
morir ahora que empecé a ser feliz ¿Por qué ahora?, ¿estoy muerto, es eso?”
—Sí.
“Entonces vos…usted es,
es la ¿muerte?”
—No, la muerte
es una puerta yo soy, digamos el portero, pero no la puerta. Pero a todos
efectos el resultado es el mismo. —Dijo el portero.
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La puerta de entrada es inversa a la de salida |
“¿Por qué ahora?” —decía
Germán pero no hablaba.
“Es un chiste, un
maldito chiste me muero justo que empiezo a vivir, ja,ja,ja,ja,ja, me muero
justo ahora. La única oportunidad de vivir que tuve y me muero
ja,ja,ja,ja. ¡¿No podías venir en otro momento? ¿Por qué? Justo ahora just…”
—Porque, porque
cuando el humano nace sabe que yo soy quien lo espera siempre. Mientras un ser
sigue siendo el mismo su día y hora de partida son las mismas, eso no se puede
cambiar. —Dijo el médico, o portero de la muerte.
Ya el pasillo se
desvanecía entre destellos de luces claras. Germán intentaba aferrarse,
convencer o impedir, impedir algo que ni siquiera comprendía.
Todo hasta el médico
y el mismo se tornaba de un color blanco
incandesente hasta ser una especie de neblina de luz azulada.
“Pero jamás tuve la
oportunidad de vivir de vivir plenamente, ¿Qué sentido tiene la vida?
si cuando llega un momento ya estipulado te mueres y ya, ¿Qué sentido? Es un
juego cruel y sin sentido, alguien disfruta con este sufrimiento, alguien
disfr.. “
—Germán el propósito
de la existencia del ser humano lo define el mismo ser humano. En tu caso
decidiste dejar esta vida en este instante cuando te aferraste al camino que te
llevaba a él.
“¿Aférrarme al
camino? ,¿decidir? ,¿Cuándo?, jamás tuve esa opción…¡Jamás!”
—¡Eso no es verdad!,
tuviste como todos tu oportunidad. Cuando Elina te pidió que la acompañes a
aprender a lanzarse en paracaídas. ¿Por qué? no fuiste. Cuando se te invito a
ayudar en el equipo de natación de niños, ¿Por qué? no fuiste. Aquel viaje que
planeaste para conocer la cordillera ¿Qué te lo impidió?...Germán en todas esas
decisiones solo primo tu sentido de
seguridad…
“Es que, que…”
—Que, ¿Qué?, —mientas
el ser decía esto tras cada una de sus palabras Germán se veía en cada una de
las circunstancias que el ser relataba.
—Que no fuiste con
Elina porque temías volar, ¿porque podrías haber muerto? Que no fuiste a ayudar
a natación, porque era en una zona
peligrosa. No fuiste a aquel viaje a la cordillera con tus amigos en donde estaba Clara la chica con la que
tenias una relación, porque temías morir en un accidente. Germán en ninguna
caso hubieras muerto pues esos no eran tu momento. Sin embargo cada vez que te
negabas a vivir, cada vez más te acercabas a morir. Pero siempre fue tu decisión. Y por ultimo Laura…
“Laura, pobre Laura,
pero en que falle, si mi tiempo era este, igual la dejaba sola.”
—Te resistís a
aceptar tus errores es por eso que no entandes. Cuando un ser humano está solo,
su tiempo es solo su tiempo e inmutable para ese ser. Pero cuando un humano se
une a otro ser humano con todo el corazón, ambos dejan de ser el ser que era
para juntos ser un nuevo ser. Entonces
el tiempo vuelve a girar y el sentido de las decisiones también por ende
su momento es distinto al anterior. —silencio…
“¿Si yo me hubiera
ido con Laura o dejado que ella viniese seguiría vivo?
—Se que hubiese sido
una unión de corazón ,¡sí!. Ambos lo estarían… —Silencio…
La angustiase se
apodero de Germán.
“¿Cómo que ambos?,
¿qué le paso a Laura? , ¿ella está bien? .Ella merece ser feliz”
—Ella también cumplió
su tiempo.
“¡Como paso como
pasooo! —grito Germán, o al menos eso
creía hacer.
—El instrumento no
importa; pero te diré, fue un hecho de inseguridad. El instrumento cumplió su
proceso como se había previsto en su momento.
“Eres un ser perverso,
eres un demonio, ¿si tienes tanto
poder por qué no lo impediste?”
— ¡No soy un demonio!,
no puedo intervenir en los destinos humanos, solo ustedes pueden hacer eso.
“¿Cómo podemos hacer
algo así? ¡Es mentira!, ¿Cómo?” —silencio.
“¿Acaso no hice lo
imposible por no enfermarme? y acá me tenes”
—Vos jamás te
enfermaste, jamás contrajiste la enfermedad.
“¿Cómo decís esto
ahora estoy muerto yo escuche que decían que tenia covid.”
“—Muerto estas, pero
no moriste de covid, moriste de una reacción de tu cuerpo a los productos que
mezclaste, Se te olvido tu alergia a la lavandina. Lo que escuchaste inconscientemente
era el informe de otro, igual su tiempo no llego a sí que se va a recuperar. En
cuanto a vos y Laura, esa fue la última
oportunidad de ambos de ser otro ser. Si hubieras aceptado su compañía ella te
hubiera salvado de tu ataque, por ende no hubiera estado en su casa sola cuando
los delincuentes entraron…
La niebla blanca
traslucida empezó a brillar más y era atravesada por pequeños relámpagos
azules…Silencio… fin.
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camino a la puerta final |
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