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miércoles, 12 de agosto de 2020

Quien siempre te espera


Un ritual de vida




Viernes 13 de marzo 2020 un soleado y  caluroso día, sobre Buenos Aires.

—Hola me sostenes un momento esto por favor y me cuidas el lugar.
Como con una frase tan simple se empieza a rodar toda una seria de sucesos que según las decisiones que tomemos será para nuestra felicidad o nuestra desgracia.
A Germán le está pasando  en este instante. Laura su vecina de años le pide asistencia con una maceta que contiene un cactus. Laura es unos mujer de unos 30 y pico de años, muy bien llevados, hay que conocerla para saber su edad .Pues sino claramente parecería no haber llegado ni a 30 años. Es profesora de gimnasia, pelo rubio ojos marrones claros, algunas arrugas imperceptibles. Germán la tiene muy bien estudiada, la ha visto pasar y se han saludado más de una vez, son vecinos pero jamás cruzaron más de tres o cuatro palabras.

Germán es de pelo negro piel castaña de contextura media. Germán es analista de sistemas. Tiene  45 años, bien llevados hace gimnasia en su hogar además corre 8 kilómetros día por medio. Es un tipo de hombre solitario metido en su trabajo, vive solo. No es el tipo de hombre que disfrute de su soltería, no va a bares ni a lugares sociales. Por alguna razón que él ha dejado de investigar aun no se caso y parece que ese  tren ya pasó. Su experiencia con el sexo opuesto no ha sido traumática pero no ha tenido suerte. Se siente solo y sin propósitos ni objetivos a Germán le cuesta mucho entablar relaciones interpersonales.
“Si claro, si” —dice Germán y toma la maceta mientras Laura se aleja unos metros hasta el fondo del mercado.
Ella tarda un momento así que Germán sede su Lugar en la fila, hasta que Laura aparece con otros paquetes en sus manos.
—Gracias, me olvido siempre algo ¿Cómo andas? Ayer no te vi pasar corriendo.
“No es que hice otra ruta sino me aburro y vos ¿Cómo andas?”
—Bien haciendo cambios profundos en mi vida, pero mejor que nunca.
—Te toca. —German la miraba en silencio.
—Te toca a vos la caja.
“Señor por favor avance. —dijo la cajera con voz fuerte.
“ haa si, si yo ,si .—Germán avanzo ,fue y pago su compra en la primer caja. En la segunda pago Laura así que salieron casi juntos del mercado.
—Te llevo.—dijo Laura desde la ventanilla del auto. Germán siguió caminando sin acusar recibo.
— ¡Germán! —Grito Laura.
“Si, decime”
—subí que te llevo.
“ Nooo estoy cerca” —Pero aunque sin saber muy bien porque intentaba negarse a subir al auto de Laura. Fue inútil Laura paro el auto e insistió.
Germán se resistía a subir sin una razón clara, él quería subir, siempre le había atraído Laura pero jamás  intento nada. El era así, por eso estaba solo.
El camino de 5 cuadras que era la distancia que separaba el mercado del barrio. Se les paso hablando del hermoso día que hacía y lo complicado que era el transito últimamente. Laura estaciono el auto en la puerta  de la casa de Germán ambos bajaron, Laura abrió el baúl para que Germán retirara sus cosas. Germán tomo sus cosas y se retiraba  agradeciendo la amabilidad de Laura. Laura lo saludo y por un instante quedo en silencio en el auto, como si mirara el volante. Toco dos veces la bocina para llamar la atención de Germán y bajo del auto, camino rápido unos pasos que era donde estaba Germán con la llave de su casa en las manos y con una sonrisa pregunto:
— ¿Tenes planes para hoy?
“¿Eh, eh? Si, no, no, no tengo, es que. —Laura entonces le respondió
—Bue,  ya tenes un plan. Te invito a la Azotea bar, a las 22hs te paso a buscar. —Dio un pequeño trote se subió a su auto y se fue. Germán abrió su puerta intentando no demostrar demasiada alegría, cerró la puerta y con un gesto de puño cerrado dirigido al techo dio un fuerte ¡Siiii!. Estaba realmente sorprendido y a la vez feliz.

Pensó; pero Laura estaba casada, o al menos convivía con alguien. Igual ya es tarde averiguare esta noche y ya veré.
A las 23 hs llegaron a Azotea Bar y  después de un momento; desaprecio el ruido las voces, la música, el bullicio y las personas. Parecía  que quedaron ellos dos solos.
Lo importante era que Germán comprobó que Laura estaba sola, se había separado.
 Ambos comenzaron el ritual amoroso, de una manera mágica. Hacían las compras juntos y casi estaban todo el día juntos. Salvo instantes en que Germán se iba a ver a algún cliente o Laura se iba a dar clases al club. El martes a la noche compartieron la cena y luego miraron unos minutos de tv , en la tv no paraban de hablar de la nueva enfermedad que nació en China. Hicieron planes para el viernes ese viernes…

Pero el jueves se anuncio una cuarentena sanitaria estricta, porque la pandemia había llegado.
Así pasaban el tiempo ambos, extrañándose a rabiar .Y solo separadados por 200mts y el sentido de deber cívico o miedo de Germán…
Pasaron los primeros 30 días, los 60 días donde solo se veían al ir a hacer las compras.
Pero pronto comenzaron a usar el servicio de entregas del mercado. Así que también esos encuentros eran escasos… 

Laura llamo a Germán pidiéndole que pasaran la cuarentena juntos. Pero Germán se negó muy cortésmente:
“No corazón tenemos que cuidarnos, esto es grave, cuando termine esto vamos a recupera nuestro tiempo”
A Laura le supo a poco la explicación pero no le quedaba más remedio. Ya había intentado de todo. Eso la puso meditativa, nostálgica y meditativa.
El timbre de la puerta sonó, y Germán atendió pero no abrió la puerta, era el chico del súper, quien le traía su encargo. Germán le pidió que lo deje ahí sobre el suelo. El chico hizo lo que le pidió Germán y se fue. Germán se puso el cubrebocas y entro el pedido. A la hora de almorzar prendió la Tv y como todos los días puso el noticiero. La noticias solo hablaban de la pandemia de los muertos, de que debían de cuidarse.
—Es importante quedarse en casa. —decía la periodista mientras repetía la cifra de contagiados.  Germán comió un sándwich, sus hábitos  alimenticios no eran buenos últimamente. Era raro el día que cocinaba casi tanto como el día que hacía ejercicios. Su rutina se había limitado a levantarse tarde, lo más temprano era a las 11hs. Revisaba su email, se serbia un café y prendía la Tv:
—En el día de hoy las cifras de contagiados en EE.UU ascienden a”…”, en Brasil ya superan los “…”. Quédate en casa mantené la distancia social. —Era todos los días las mismas frases a veces más a veces menos. Pero Germán las oía casi religiosamente, acompañado de la misma rutina que todo combinado era un ritual. Solo las largas charlas telefónicas con Laura le arrancaban una sonrisa y alguna carcajada. Pero siempre se terminaba con la insistencia de Laura para que se juntasen a pasar el aislamiento.
Pero Germano no estaba dispuesto a enfermarse justo ahora que su vida había cobrado algún sentido o enfermar a Laura. Así que Germán cumplía estrictamente el aislamiento, se aferraba al término de esta pesadilla para recuperar el tiempo perdido con Laura.

Germán junto las cosas de la mesa y se cambio para realizar algo que se había propuesto el día anterior, una limpieza total y profunda. Había escuchado en la Tv, lo importante de desinfectar los lugares para impedir la proliferación del virus. Por lo tanto tomo un balde lo lleno hasta la mitad de agua y luego vertió parte de los productos de limpieza que el muchacho del mercado le había traído. Era una ardua tarea la que se propuso, pero con la compañía de la voz del periodista del noticiero. Empezó a limpiar y repasar cada mueble y rincón. Una hs después se sintió algo cansado y decidió prepararse un té para tomarse un descanso. El teléfono sonó  era Laura:
— ¿Qué haces?
“Estoy por tomar un té, estoy limpiando, desinfectando, tomando recaudos…
—Recaudos de ¿Qué?
“Por la pandemia, hay que desinfectar y cuidarse” — por un instante hubo silencio, Laura no respondió, pero cuando lo hizo dijo:
—Yo soy muy buena en eso la limpieza, puedo ir y darte una mano, o dos y también todo mi cuerpo, podemos aislarnos juntos. —esta vez el silencio fue de Germán.
—Estas ahí , Germán, Germán..
 “Si, si estoy acá, tu propuesta es tentadora, pe…
—Dale entonces estoy ahí en un santiamén, me visto para que me desvistas, y ahí voy.
“Para, para Lau , no , no mejor no Lau.. Nos tenemos que cuidar esto es serio. Yo no quiero que te pase algo por mi culpa o que yo me enferme justo ahora que te encontré.
—Primero eso que me encontraste, si alguien encontró a alguien fui yo. Dale, nadie se va a dar cuenta que dos vecinos se unen en una casa, no hay nadie en la calle, me siento sola.
“Mira tengo una mejor propuesta dame una, solo te pido una semana y vivimos juntos. ¿Dale?.
—Hay Germán ya pasaron 3 meses de lo que será unos 30 días, yo no estoy hecha para estar sola, te necesito. —Silencio…
—Solo una semana porque si no me voy a casa de mi hermana.
“Pero tu hermana tiene hijos vas a exponer a tus sobrinos vos…sa..
—Mi hermana es medica Germán ella me pidió que fuera no seas tan paranoico, te espero una semana, una.
Laura cortó la comunicación.
 Germán tomaba el té, sentado en el comedor. Casi vomita lo que tomaba pues empezó a toser. Se limpio el pecho y la falda con el repasador y sintió que le faltaba el aire. Se levanto para intentar abrir las ventanas y poder asirse de una bocanada de aire. Pero sobre se levanto sintió como todo le daba vuelta agarro el celular y marco la emergencia, luego todo se oscureció.
Poco a poco recupero el conocimiento y vio sentado a un medico en el sillón de su casa.
Doctor hola, ya estoy mejor.”
—Tranquilo Germán..Ya están aquí. —Se escucho un golpe fuerte, y se acercaron dos personas, Germán se desvaneció otra vez.


De vez en cuando parecía recuperar parcialmente la conciencia pero no podía hablar. Sentía una presión enorme en el pecho y le costaba mucho respirar. Parecía que iba en un vehículo a veces podía distinguir la sirena de la ambulancia, a su lado iba sentado el médico que lo observaba atentamente, eso lo tranquilizaba.
Veía destellos luces y a lo lejos escuchaba las voces.
—Otro con covid, abran paso. —maldita suerte se repetía en sus pensamientos, como me contagie. ¿Cómo? si tome todos los recaudos, menos mal que no vino Laura. El bip del sonido de los monitores, se empezaron a hacer más claro. Regreso en sí,  e intento moverse pero no pudo, el doctor lo miro y le dijo que se tranquilice. Volvió a perder la conciencia.
Cuando recupero el conocimiento se sentía muy bien, ya no tenía la presión en el pecho ni la picazón en la garganta, tomo un buen trago de aire para comprobar y suspiro aliviado.
Miro para un lado y estaba el doctor.
“Gracias doctor mil gracias a usted y su equipo.” —El médico se acerco y le dijo:
—Shhh silencio, bien vamos Germán. —y le tendió la mano. Germán se agarro fuerte, como para asegurarse de no caerse. Camino unos pasos y se fijo para asegurarse que estaba vestido. Caminaba por el pasillo del hospital, mirando lo que sucedía alrededor. Gente en los pasillos y personal de salud para un lado y otro. Luego de un instante se percato que seguía tomado a la mano del médico que caminaba junto a él.
“Doctor ya estoy mejor puedo caminar solo ya.” —dijo y se soltó de la mano. El médico no dijo nada y siguieron caminando juntos en lo que parecía un pasillo interminable.
“Doc..No sé su nombre ,¿Cómo puedo llamarlo?. Le quiero agradecer de alguna manera.”
—No no hace falta es mi tarea Germán. —Dijo el médico, mientras seguían caminando. Germán, pensó que el pasillo era realmente largo. Miro a lo largo y solo veía el pasillo de paredes  y luces blancas. Se perturbo y una idea asalto su mente , esto es un sueño, todavía estoy internado y…
—No Germán no es un sueño. —le dijo el médico.
“Co..¿Cómo sabe lo que pienso?, ¿qué es esto? “
—Esto es un final y es un principio. —dijo el médico. Germán se dio cuenta que ya no caminaba pero igual se trasladaba. ¡¿Qué me pasa son las drogas?,¿ es la enfermedad?.
—Ni lo uno ni lo otro Germán, ya lo sabes solo que no lo aceptas.
“¡Nooo! No puedo morir ahora que empecé a ser feliz ¿Por qué ahora?, ¿estoy muerto, es eso?”
—Sí.
“Entonces vos…usted es, es la ¿muerte?”
—No,  la muerte es una puerta yo soy, digamos el portero, pero no la puerta. Pero a todos efectos el resultado es el mismo. —Dijo el portero.

La muerte nuestra salida
La puerta de entrada es inversa a la de salida


“¿Por qué ahora?” —decía Germán pero no hablaba.
“Es un chiste, un maldito chiste me muero justo que empiezo a vivir, ja,ja,ja,ja,ja, me muero justo ahora. La única oportunidad de vivir que tuve y me muero ja,ja,ja,ja. ¡¿No podías venir en otro momento? ¿Por qué? Justo ahora just…”
—Porque, porque cuando el humano nace sabe que yo soy quien lo espera siempre. Mientras un ser sigue siendo el mismo su día y hora de partida son las mismas, eso no se puede cambiar. —Dijo el médico, o portero de la muerte.
Ya el pasillo se desvanecía entre destellos de luces claras. Germán intentaba aferrarse, convencer o impedir, impedir algo que ni siquiera comprendía.
Todo hasta el médico y  el mismo se tornaba de un color blanco incandesente hasta ser una especie de neblina de luz azulada.
“Pero jamás tuve la oportunidad de vivir  de vivir plenamente, ¿Qué sentido tiene la vida? si cuando llega un momento ya estipulado te mueres y ya, ¿Qué sentido? Es un juego cruel y sin sentido, alguien disfruta con este sufrimiento, alguien disfr.. “
—Germán el propósito de la existencia del ser humano lo define el mismo ser humano. En tu caso decidiste dejar esta vida en este instante cuando te aferraste al camino que te llevaba a él.
“¿Aférrarme al camino? ,¿decidir? ,¿Cuándo?, jamás tuve esa opción…¡Jamás!”
—¡Eso no es verdad!, tuviste como todos tu oportunidad. Cuando Elina te pidió que la acompañes a aprender a lanzarse en paracaídas. ¿Por qué? no fuiste. Cuando se te invito a ayudar en el equipo de natación de niños, ¿Por qué? no fuiste. Aquel viaje que planeaste para conocer la cordillera ¿Qué te lo impidió?...Germán en todas esas decisiones  solo primo tu sentido de seguridad…
“Es que, que…”
—Que, ¿Qué?, —mientas el ser decía esto tras cada una de sus palabras Germán se veía en cada una de las circunstancias que el ser relataba.
—Que no fuiste con Elina porque temías volar, ¿porque podrías haber muerto? Que no fuiste a ayudar a natación, porque era en una zona peligrosa. No fuiste a aquel viaje a la cordillera con tus amigos  en donde estaba Clara la chica con la que tenias una relación, porque temías morir en un accidente. Germán en ninguna caso hubieras muerto pues esos no eran tu momento. Sin embargo cada vez que te negabas a vivir, cada vez más te acercabas a morir. Pero siempre fue tu decisión. Y por ultimo Laura…
“Laura, pobre Laura, pero en que falle, si mi tiempo era este, igual la dejaba sola.”
—Te resistís a aceptar tus errores es por eso que no entandes. Cuando un ser humano está solo, su tiempo es solo su tiempo e inmutable para ese ser. Pero cuando un humano se une a otro ser humano con todo el corazón, ambos dejan de ser el ser que era para juntos ser un nuevo ser. Entonces  el tiempo vuelve a girar y el sentido de las decisiones también por ende su momento es distinto al anterior. —silencio…
“¿Si yo me hubiera ido con Laura o dejado que ella viniese seguiría vivo?
—Se que hubiese sido una unión de corazón ,¡sí!. Ambos lo estarían… —Silencio…
La angustiase se apodero de Germán.
“¿Cómo que ambos?, ¿qué le paso a Laura? , ¿ella está bien? .Ella merece ser feliz”
—Ella también cumplió su tiempo.
“¡Como paso como pasooo! —grito Germán, o al menos  eso creía hacer.
—El instrumento no importa; pero te diré, fue un hecho de inseguridad. El instrumento cumplió su proceso como se había previsto en su momento.
“Eres un ser perverso, eres un demonio, ¿si tienes tanto poder por qué no lo impediste?”
— ¡No soy un demonio!, no puedo intervenir en los destinos humanos, solo ustedes pueden hacer eso.
“¿Cómo podemos hacer algo así? ¡Es mentira!, ¿Cómo?” —silencio.
“¿Acaso no hice lo imposible por no enfermarme? y acá me tenes”
—Vos jamás te enfermaste, jamás contrajiste la enfermedad.
“¿Cómo decís esto ahora estoy muerto yo escuche que decían que tenia covid.”
“—Muerto estas, pero no moriste de covid, moriste de una reacción de tu cuerpo a los productos que mezclaste, Se te olvido tu alergia a la lavandina. Lo que escuchaste inconscientemente era el informe de otro, igual su tiempo no llego a sí que se va a recuperar. En cuanto a vos y  Laura, esa fue la última oportunidad de ambos de ser otro ser. Si hubieras aceptado su compañía ella te hubiera salvado de tu ataque, por ende no hubiera estado en su casa sola cuando los delincuentes entraron…
La niebla blanca traslucida empezó a brillar más y era atravesada por pequeños relámpagos azules…Silencio…  fin.

camino final
camino a la puerta final
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