Criaturas Nocturnas
Amores Extraños
—Ya sabes que no soy un amante de la
noche, pero cuando estás conmigo; noche, día que mas da pierden su importancia,
además esta noche la brisa calidad me envuelve por completo, pero cada bocanada
de aire es refrescante. No soy nocturno ni noctambulo salvo cuando vienes a mí,
sino ¿de qué otra forma podríamos ser?—
—Criaturas
nocturnas ¿Oyes amor sus cantos? o ¿serán sus lamentos?, todos
dedicados a vos.—
(Sobre el camino penumbroso, entre la espesura del bosque un
niño corre presuroso, las bocanadas de aire casi no le alcanzan, sin aliento
pero sin pausa sigue su correr desesperado.)
— ¡Algo sucede allí abajo!—
—Ya regreso amor…—
— ¡Criatura inmunda y vil!—
Lo que haga he de hacerlo con rapidez.
Mi habilidad me permite esquivar la muerte de día pero en las tiniebla la muerte acecha
mil. Voy cortando el aire como un rayo
divino, pero al acercarme ya vislumbro las fauces que las ramas de los
arboles me muestran en penumbra. Pero tu
luz amor ahuyenta esta lobreguez.
Ya esta, solo un poco más cerca y…
(El
niño corre desesperado girando su cabeza de vez en cuando para ver que tan cerca estaba la triste muerte que se acercaba rabiosa y furibunda.)
“Solo un poco más, ya llego solo un
poco más “. (Se repite en silencio solo para darse ánimo. La lumbre en la entrada de la pequeña choza esta ya al
alcance. Pero no lo suficientemente…)
Ya
esta sos mío. —Te agarre. — Tengo que sujetarte bien elevarme rápido y con
sumo cuidado.
—Cuanto más te muevas criatura mis
garras se te enterraran aun mas, ya es inevitable—
(Las piernas ya no
responden, el pecho y garganta arden queman, pero aun así el niño intenta escapar.
En un instante de entrega gira su cabeza creyendo que vería ya las fauces de su
verdugo. Pero solo ve la extraña sombra
elevándose tras de él acompañada del sonido de gruñidos y aleteos.)
—Tu muerte será rápida no sufrirás—
Es
en vano, estoy lejos de tus mandíbulas, gruñes y aúllas desesperadamente.
Eso no molesta ni siquiera tu peso lo que molesta es tu olor
nauseabundo ocre.
—Ya estoy aquí amor sin vos no lo
hubiera logrado, allí yace el infeliz estrelle sus cuerpo contra los picos
afilados su cuerpo desgarrado me espera para saciarme al amanecer. —
—Ahora sí que sus aullidos son de
lamento.—
—Ellos te aúllan sus lamentos o sus
cantos, pero solo yo danzo contigo.—
(El niño entorna la puerta de la humilde casa y mirando la sombra que
circunda la luna llena, exhala un gracias. Un agradecimiento en
susurro, sale de su boca, pero en su
corazón es un grito.)
“¿A quién agradeces niño?”. (Dijo la
voz.)
“Al águila”
“¿Al águila?, las águilas no vuelan de
noche”.

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