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jueves, 11 de diciembre de 2014

El viajero 3


El atentado

    viejos pecados



    Otra vez me siento incomodo con esa sensación de aceleración como si estuviera por irme, quizá ya este por regresar. Quisiera quedarme, pero no puedo quedarme, es algo inexplicable es una sensación de euforia, de enfoque y de desplazamiento. Estoy abandonando al doc, seguramente regresare a mi casa. El doctor queda  tendido en la cama, enchufado a cables para controlarlo como en cualquier centro de salud. No sé qué pasa, todavía estoy acá no me fui. Estoy como flotando, estoy en la habitación veo todo y para todos lados pero no estoy dentro de nadie. Intento regresar al doctor pero no puedo, estoy atrapado acá, sin poder hacer nada.
No sé cuánto tiempo va pero, ya me estoy impacientando quiero regresar a mi casa, no sé cuánto tiempo ha pasado, bueno parece que puedo moverme. Me voy contra el muro y como si no estuviera lo pase, estoy en el pasillo. Me muevo  no se para adonde, ¿a dónde iré? Ahora aparecí en lo que parece ser un enorme recepción, hay un mostrador largo con ventanillas de vidrio, que van hasta el numero 20. Hay cualquier cantidad de asientos; pero no son suficientes, hay gente hasta en el piso, hay muchísima gente, una muchedumbre ocupan todo el lugar. Personas de todas las edades, viejos, jóvenes y niños.
Las recepcionistas, que parecen ser todas gemelas. Me refiero a que están vestidas igual, incluso tienen el mismo corte de pelo son parecidas físicamente y gestualmente. Se enciende la pantalla de imágenes  y del lado del lado de afuera se extiende una especie de telón enorme de forma tubular. Ahora empiezo a comprender se comienza a transmitir imágenes, el telón es una pantalla de cine en el centro de la sala. Algo está informando, muestra una visión de este edificio, más que un edificio parece una ciudad, de lo grande que es. Una chica igual a las recepcionistas va relatando las imágenes. Ahora crea la expectativa del arribo de una especie de nave voladora, parece un helicóptero, de 4 (cuatro) hélices. Es el directorio, dice la chica que el directorio vienen, hacia acá, la gente no reacciona algunos miran el espectáculo como si estuvieran aletargados. Apenas si se oye el murmullo de sus charlas. Por una puerta entran en escena los patrulleros, marchan como soldados. En sus manos tienen una especie de tubo negro, corto como la medida que hay de la mano a un codo.

   Les ordenan a todos a formarse, la gente reacciona también como si estuvieran adiestradas, solo se escucha la voz de los patrulleros. Bien ahora estoy en otro lugar, si bien es el mismo sitio no estoy igual, creo que estoy adentro de alguien, pero es extraño es una sensación rara. Es como si faltara algo, se abre una enorme  puerta yo creía que era una pared, atrás hay una rampa en espiral que se eleva unos 20mts creo. Se les ordena al grupo avanzar, ¡yo ordeno! (es decir en el cuerpo que estoy ahora, eso quiere decir que soy un patrullero)…
Estar adentro de esta persona es extraño, no tiene más pensamientos que lo que hace en el momento que lo hace. Por ejemplo, tiene calculado hasta el movimiento que va a hacer cuando llegue hasta un lugar determinado, lo tiene pensado al detalle. Vigila a un grupo de personas, y no se distrae con nada mas, constantemente los mira, pero con una secuencia que repite una y otra, y otra vez. Algo pasa es una especie de visión y sensación, nos vamos (me refiero a mi anfitrión y a mí, una especie de pensamiento matemático lo invadió).
No, vamos solos vamos con otros patrulleros, salimos a través de una especie de pasadizo que se abrió en la rampa. Nuevamente esa imagen matemática y sensación, viene del lado derecho de lo que sea este lugar donde se aloja la conciencia. No es algo común, es frio y eléctrico pero no eléctrico como el cuerpo, es distinto. Ahora la imagen es más clara y la sensación es más fuerte, es una especie de alerta, que lo pone a mi anfitrión muy atento. Mira con detenimiento, los rincones de un largo y enorme pasillo donde hay muchas maquinas y muebles. Hay un sonido agudo, taladrante y chillón pero no es de afuera es de acá adentro. Mi anfitrión mira todo, de forma secuencial, de arriba abajo y de derecha a izquierda. Repitiendo una y otra vez la secuencia, estar dentro de este sujeto es frio es árido. Lo que ven sus ojos cambian de color, lo que ve, va cambiando de color, parece que recorre el lugar haciendo un barrido por el espectro de visión.
Se apago el sonido, que bueno ya no lo soportaba, nuevamente las matemáticas o secuencias lo inundan todo. Estamos todos los patrulleros, reunidos parece que en círculo. Nos comunicamos, sin hablar pero no es telepatía, es otra cosa parece el sonido de un fax . Pidiendo conexión, se comunica con uno y otro, estoy comenzando a comprender y a entender. Intercambian datos de lo visto, cada uno, le envía al otro imágenes de lo que observo. ¡Esto no es un ser humano!, es una maquina o más bien un poco de ambos. La comunicación empieza con una especie de clave que es un sonido característico de una serie de números, el otro responde con lo mismo más una contraseña. Luego de que todos se confirman y reconfirman empiezan a intercambiar esa información entre ellos y también la envían a otros, siempre confirmando y reconfirmando la clave de inicio que es una especie de llave. También calculan cada sonido que escuchan o captan. Hay una señal muy fuerte que interrumpe todo, es una alerta 2 (dos) patrulleros no regresaron, nos movemos rápido, parece que vamos corriendo. ¡Gua! acabo de saltar como 5(cinco) metros a lo alto, es tremendo. Estoy empezando a ver y a comprender mas, veo una imagen mental de este ser (ya no sé cómo llamarlo). Veo lo que piensa o lo que ejecuta mejor dicho, pues sus pensamientos en si es como si no estuvieran formados, solo son sensaciones. Veo la imagen creada en el interior de su cerebro, en parte carne y en parte compuesta por pequeñas maquinas.

    Un Trueno enorme un fogonazo nos sorprende y nos arroja de la escalera estamos cayendo, esta sensación de vértigo no me gusta. Ya no caigo; pero no estoy en el patrullero, estoy flotando entre medio de las escaleras, alguien corre entre las escaleras incendiadas, se abre un ascensor y sube tiene una traje con una máscara. Estoy en el ascensor con esta persona el ascensor baja, sigue bajando, y sigue bajando, no se saca el traje de goma de color gris, quizá no se pueda respirar en el lugar por los gases. Ahora paro el ascensor e intenta abrir las puertas, parece que no es tarea fácil. Logro abrir las puertas,   abrió las puertas del ascensor, este tipo debe de estar loco, ahora estamos en la fosa del ascensor. Salto a un andamio de metal contra la pared, el ascensor se va, ahí viene otro que sube. Este tipo se está escondiendo, ahora ya no estoy flotando estoy dentro de este tipo. Su corazón late a mil; tiene un miedo atroz, pero tiene un plan y se aferra a él, ahí viene otro ascensor de bajada. Pretende subirse al techo, pero sin hacer ruido para que no lo descubran, bien ahí vamos. El miedo pudo más que el plan se quedo petrificado, respira profundamente está muy angustiado. Esta llorando, pobre tipo se quiere controlar, respira profundamente, se habla a si mismo dándose valor:

-Vamos vos podes, lo voy a hacer lo tengo que hacer por Fede, por mama por flopi y papa-.

Ahí viene otro ascensor toma aire, está más tranquilo, este tipo tiene una sensación extraña, es muy suave en su expresión. Bien saltó, bien, bien, casi nos vamos del otro lado lo que hubiese significado la muerte del sujeto, pero lo hizo bien y no hizo casi ruido. Otra vez va a saltar, pero esta vez tiene todo resuelto en su cabeza. Otra salto, otro andamio,(Si piensa bajar así le va llevar toda la vida). Ha, no, no tiene una salida. Lo espera una puerta o más bien un boquete en la pared que está detrás de una columna dentro de la fosa del ascensor. Ya salimos de la fosa, estamos en un lugar oscuro, el, enciende unas luces parecen linternas. Se saca el traje de goma se está vistiendo se pone un pantalón verde agua, zapatos negros se acomoda el pelo, mira con cariño un especie de colgante con una foto de un nene y se lo cuelga en el cuello, se pone una especie de corpiños ¡¿corpiños?! ¡Sí! son corpiños, estoy dentro de una mujer es una mujer por eso era la extraña sensación. (Tengo que pensar en otra, cosa porque esto me distrae).Nos vamos caminando por el oscuro pasillo alumbrado por las linternas, (hum que rico perfume, jamás le prestó atención a eso pero es rico este perfume) esta chica conoce la manera de subir por los otros ascensores. Sabe que la están buscando, con suerte no a ella exactamente, sino a quien puso la bomba que estallo, Una bomba destinada a los integrantes del Directorio, pero fallo y se siente frustrada. Otra vez ese perfume, me encanta es una mezcla extraña, creo que incluso es algo de sudor mezclado con un aroma dulce.
Me estimula mucho, demasiado (tengo algunos pensamientos incomodas, que la están incomodando también a mi anfitriona, me tengo que tranquilizar).
    Bueno ahora no sé donde estoy ya no estoy en el ascensor, recorro un pasillo rápido no soy huésped de nadie, ahora estoy en otro lugar, hay una especie de, de puerta de doble hojas las atravieso. En el lugar hay una ante sala, donde hay muchos montones de sabanas y ropas luego en el fondo una serie de piletas enormes todas cubiertas de azulejos pequeños de color Beige. Entre las sabanas y las piletas esta mi viejo amigo el Dr: Sebastián Jugler, está sentado en una pileta hablando con Miriam:

-¡Arruinaron una oportunidad única, no era el momento ni la manera! una oportunidad única-       -Repite ofuscado el doctor.
-Cálmate Sebastián no fuimos nosotros, no fuimos nosotros- Lo tranquiliza Miriam.
-Entonces… ¿Quién?, ¿Quién fue?-.
-No lo sé, alguien, algunos más, no sé, aun no lo sé- Repite Miriam.

De pronto se abren la puertas de par en par, entran 5 (cinco) patrulleros, acompañados de 2 (dos) tribunos.
-¡Doctora, retírese! Debemos hablar con el Dr-. Le ordena un tribuno.
-El no ha hecho nada, el ha estado conmigo en todo momento-Desesperadamente repite Miriam buscando en los ojos del tribuno una señal de humanidad.
-¡Retírese ya!, ¡Llévensela!-
Un Patrullero la toma del brazo derecho y se la lleva a la rastra. Miriam desaparece, gritando, suplicando por la vida de Sebastián.
-Doctor hoy fue un día muy ocupado ¿Verdad?- Dice un tribuno.
-Yo no hice nada, estuve en el área de salud, me desmaye y me llevaron luego vine aquí, yo no-Intenta de esgrimir su inútil defensa el doctor.
-Usted tranquilícese nosotros, sabremos que hizo, que pensó, que pensaba hacer-. Lo dice el tribuno.

Entra en escena un muchacho de unos 15 (quince) años, creo. Todo vestido de negro, lo mira al pobre doc, fijamente, el doc tartamudea y comienza a agarrarse la cabeza. El pibe es un telepata, el doc, se retuerce, pobre doc si yo estuviera dentro de él quizá lo podría ayudar pero ahora mi rol de espectador es más espectador que nunca. Todo parece terminar, el pibe asintió y extrajo de su propia cabeza una especie de tubito dorado que le entrega al tribuno. Creo que ahí está la información que exprimió del cerebro del doc. El doc esta de rodillas y sus ojos están idos, mira la pared sin verla. El tribuno le dice algo al telepata, le dice, que lo active. El telepata lo mira como dudando, pero el tribuno se lo ordena:
-¡Actívalo, no quiero que sea el genio que era, pero con que recuerde y sienta , me basta-
El pibe lo toma de las sienes al doc. El doc tiembla, ya en el piso convulsiona, hace espuma por la boca.
-¡Que no se te vaya, que no se muera! –Ordena el tribuno.
El otro tribuno le aplica una inyección al doctor, este parece calmarse y recomponerse.
-Doctor Sebastián Jugler ¿sabe quién es usted? , ¿Quién es usted?- Pregunta el tribuno mientras le da un vaso de agua.
-¿Sabe quién es usted?-Vuelve a preguntar el tribuno, dirigiendo su mirada al chico telepata.
El chico lo mira serio, creo que se comunica con el tribuno.
-Bien doctor si usted está incapacitado iremos a satisfacer nuestras dudas con la Dra: Almeida, con la Dra: Miriam Almeida-
-No, no déjenla tranquila yo estoy aquí, aquí estoy- Responde el doctor.
-Bien muy bien doctor, mire a esta niña dile tu nombre al doctor-. Le dice el tribuno a una patrullera.
-¿Recuerda el uso que usted le daba al sistema de control de personalidad?-
-Nosotros lo recordamos, no creo que la doctora Miriam, sepa lo que usted le hacía a las jovencitas como esta patrullero, para que lo obedezcan y le proporcionen placer-
-Yo no quería, no debí, pido perdón.- Contesta el doctor (parece que el doctor tubo sus pecados y ahora salen al sol).
-¡Paren al doctor! ¡Párenlo!- Ordena el tribuno.
-Ahora la jovencita le proporcionara placer ,:
-¡bájenle los pantalones!-.
-¡No! ¡¿Qué me va a hacer?! ¡Mátenme ya! se lo suplico-.Dice el doctor.
-Usted va a morir doctor, pero con un regalo del directorio. ¡Di tu nombre patrullero! Dice y ordena el tribuno. El patrullero/a habré su boca y emite ese ruido electrónico que parece un fax.

-Tu nombre humano-.Ordena el tribuno.
-Mi nombre es Lisa, mi nombre es lisa-. Dice la patrullera con una voz metálica de máquina.
El doctor está desnudo del torso para abajo, sostenido por dos patrulleros uno a cada lado, su cara dibuja una expresión de horror tremendo.
-Bien Lisa demuéstrale tus atributos al doctor-. Le ordena el tribuno a la patrullera.

Ella se arrodilla, mira al doctor en su boca se dibuja una sonrisa la boca de la patrullera esta a la altura del miembro viril del doctor. El doctor solo la mira, la chica abre la boca parece que va a hacer muy feliz al doc, pero sus encías parecen desaparecer junto con sus dientes y en su lugar, aparecen dos hileras de dientes de metal que se mueven como cierras contrapuestas.
Los gritos del doctor, creo que se escuchan en toda la construcción.
 Una forma horrible de morir, una forma horrible…
Pero yo todavía estoy acá y ahora ¡¿para adónde estoy yendo?!... 
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