Zeitmar
La niña del mar
Chape 1ra parte
1504
Una playa de arenas blancas, en algún lugar del nuevo
continente descubierto hace 13 años. Sobre una roca en la arena está sentada una niña del lugar,
ella espera y desespera. El día es soleado, las olas golpean una y otra vez las
rocas. Hace 7 años los sirvientes de los grandes pájaros del mar se llevaron a
sus padres y jamás regresaron. Pero hoy un temor más grande se ha apoderado de
la niña ahora más que nunca necesita a sus padres. Ella va a necesitar quienes
la protejan.
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Zeitmar |
Bs as 2016…
Silvia atendía en su escritorio a un cliente o un futuro
cliente, el fulano se acerco solo a mirar a través de los vidrios del local.
Pero eso fue más que suficiente como para
ser atrapado por una promotora de
autódromo en este caso seria de ventas que lo sentaría en las cómodas
sillas de un vendedor,
La vida de Silvia no era una vida fácil.
Desde los 16 años es madre soltera, muy joven cometió un error que le
dejo un regalo hermoso, su hija de 6 años Stefania. Esa es una historia particular en su vida, que la
moldearía para siempre.
En diciembre de 2007 ella junto con su familia, un
matrimonio compuesto por su padre de 45 años y su madre de 31años.Su padre era
mayor si pero aun, con 45 parecía un
adolecente, nunca un trabajo constante. Tanto era la situación que Sara
la abuela paterna, les compro un departamento en un barrio del Sur del gran Bs As,
mama salvo al nene de una golpiza segura. Deudas de juegos y pequeñas estafas
en el pueblo donde todos se conocen,
no era una buena mezcla. Es por eso que
se mudaron del interior de la provincia al AMBA, la zona periférica de la
capital de Argentina.
El complejo aun estaba en construcción, había varios departamentos que aun se estaban
terminando. Algo bueno de mudarse era que no los conocía nadie, era un comienzo
una oportunidad única. Sin embargo los problemas
familiares no tardaron en resurgir,
bajo la forma de constantes nuevas oportunidades, que su padre traía
nuevamente de forma periódica al hogar
lo que motivaba, grandes discusiones.
Pero Silvia aun así disfrutaba del lugar, la nueva escuela del barrio, era una escuela pública y le
brindo un círculo social amplio, nuevas amistades de todo tipo, ella había
encajado como anillo al dedo, era una chica de buen ver. Pelo castaño oscuro, ojos verdes,
delgada, algo tímida pero no tanto como para mantener la mirada abajo. Ella
sabía muy bien cómo llamar la atención de los chicos.
Pero eso no duraría, cerca de su barrio había otra escuela,
no cualquier escuela una escuela religiosa administradas por monjas. Bueno ¿adónde mandarían los
Lison? (apellido de la familia), a estudiar a su joven hija. Pues claro a la
escuela de monjas. Su madre quería encajar en la nueva sociedad, una sociedad de ciudad. Ella quería dejar
detrás todo lo referente al pueblo era por eso que Silvia debía de ir a donde
las clases altas mandaban a sus hijos. En vano intento una airada protesta que
pronto, paso a una tímida queja, para luego quedar en el olvido y aceptación.
Las nenas bien del colegio no le dieron una muy buena bienvenida. Pero poco a
poco se acomodo, y empezó el tiempo a pasar, un tiempo rutinario y aburrido.
Amigas, amigas no tenia, su madre tampoco la dejaba salir, salvo a los
cumpleaños de sus compañeras. Fiestas que Silvia calificaba de gente falsa y
aburrida. Esta situación se agravaba, se estaba haciendo intolerable. Pero todo
comenzó a cambiar y fue justo en un cumpleaños
aburrido que conoció a Matías el hermano de una de sus compañeras. En un par de
meses; Silvia tuvo su primer novio, su primer
beso, y una aprobación de mama pues estaba
encantada, la nena se había conseguido un novio de la alta sociedad. Su idea
estaba dando resultado, Matías era lindo educado y su familia tenía más de una empresa. Si
hasta parecía que la novia fuera Lidia la mama de Silvia.
Pero el universo siempre provee.
Silvia solía subir a la terraza a tomar sol en bikini los sábados,
pues como el barrio todavía se estaba terminando, no había mucha gente. Una
tarde de sol radiante fue sorprendida por dos extraños que caminaban y hablaban
fuertemente. Una pareja, unos nuevos
vecinos, la mujer la saludo y entablo una conversación muy amena, el hombre
permanecía alejado. Si, eran nuevos vecinos Elena Y Juan Manuel. Pronto comenzó
una linda amistad, el matrimonio no tenía hijos. El tenía 35 años y ella 29
años, tenían un comercio local.
Silvia se dio cuenta que la atraía Juan Manuel, pero no le
dio más interés al asunto, pero se percato que Juan Manuel solía subir a la
terraza todos los viernes a tomar fotos
pues su hobby era la fotografía. Así que cambio su hábito de tomar sol los
sábados por los viernes, el primer viernes fue el más difícil. ¿Con que excusa
se le aparecería? Sin duda se daría cuenta, ¿y si se da cuenta Elena o su
madre? Las cosas con Matías solo lo sostenía su suegra en la relación. Así que
Silvia tomo coraje y subió a la terraza.
Luego de unos encuentros casuales, no tan casuales, sucedió el encuentro. El encuentro
de los encuentros el de profundas miradas que termino en un beso. Pero no cualquier
beso, ese beso según su experiencia era perfecto, la estremeció y la dejo sin
aliento. Entonces comenzó a experimentar un nuevo escenario de su sexualidad.
Digamos que de comer papas crudas pasó a disfrutar de la cocina del más alto
gourmet. De esa relación clandestina, sí se quedaría embarazada y nacería
Stefania.
Para la familia Lison, todo estaba otra vez de cabeza la
nena embaraza, y no de su novio, pues ella misma lo había corrido hacia unos
meses. Embarazada, ¿de quién? Silvia jamás revelo el nombre de su amante. Apenas se supo del embarazo la llevaron a la Provincia de Rosario donde la
dejaron como un paquete en la casa de tía Mari. La tía Mari era una mujer de
unos 60 años de estado civil soltera, ella administraba hábilmente un tambo
productor de leche. Silvia conocía a la tía Mari, solo por lo que en los círculos
familiares se decía de ella… nada bueno pues su peor pecado era ser soltera.
Los días pasaban y ella aprendió a comprender y a querer a
Mari , Mari no era ni tonta ni machona, Mari era libre e inteligente. No era
una mujer pacata y torpe, con Mari Silvia se sentía segura y libre. A Mari le
confesó su experiencia y quien era el padre de su futuro hijo/a.
Mari alentó la libertad de Silvia, le regalo un libro sobre
las costumbres sexuales árabes.
Silvia devoro el libro en días le fascinó la lectura y se lleno de fantasías. Pero lo más importante de
sus días con la tía Mari, fue el cambio profundo en su vida ya no dejaría que
otros decidan por su vida. En diciembre del 2010 nació Estefanía, solo Mari
estuvo con ellas, le avisaron con tiempo a los padres de Silvia pero les
dejaron sus mejores deseos y ninguno fue a acompañarla.
Cuando Stefania tubo 2 años Silvia regreso a Bs .AS. Pero no regreso sola regreso
con Mari, ambas compartían un departamento
que Mari compro. Es que cuando Mari se entero que Silvia la dejaría y por ende
no vería más a Stefania, no pudo dejarlas venir solas. Silvia acepto gustosa,
pues ella pensaba venir a la casa de sus padres y eso la incomodaba. Además
ella sentía que Mari, era más su mama que su propia madre.
Pero… ¿cómo se yo estas cosas? Bueno soy el omnisciente, pero además me lo contó en primera persona Silvia. Pues aquí entro yo, en esta historia.
¿Quién soy yo?
Mi nombre es Andrés soy jefe de un equipo de
vendedores de planes de salud, en
realidad tengo 4 cuatro equipos a mi cargo. Tres de ventas y uno de promotoras.
No me quejo, me va muy bien. Mi equipo de trabajo es el mejor, pero además me
lo reconocen en la empresa. Con Alberto el jefe de ventas, hemos trabado un
amistad, con su esposa Susana nos hemos hecho íntimos amigos es mi mejor amiga
y confidente.
Septiembre Bs As 2016
Estoy de camino a la ofician. Un día soleado en la ciudad de
Quilmes, ciudad de la Provincia de Buenos
Aires. Camino lentamente balanceando el maletín negro, llevo un traje negro con corbata azul y camisa
blanca. Al doblar la esquina la vi a través de los vidrios, pelo ondeado de
color castaño oscuro, piel bronceada y hermosos ojos claros.
¿Serán verdes, o celestes?
No los podía ver bien estaba absorto en mi búsqueda cuando
alguien me hablo. Una promotora, de
muy buen ver hizo su trabajo de entrarme al local. Yo jugué un poco a la
resistencia y luego accedí. Así conocí a Silvia; entre al local y ella me
atendió. Fue difícil no comprarle un auto,
era bella y muy buena en su trabajo. Pero yo tenía mi secreto, no era que no
pudiera acceder a comprar el auto,
podía, podía tranquilamente. Pero mi secreto es y era que soy un romántico comprometido con el medioambiente y jure que solo me
compraría un auto cuando los autos no contaminaran. Mientras tanto
utilizaba siempre el transporte público
o de alquiler. Le di mi tarjeta conseguí su número de teléfono
y la invite a cenar, algo que ella
acepto. Pero solo acepto cenar con
un futuro cliente, fui rechazado esa
noche. Como todo vendedor insistí
enviando flores llamando
sorprendiéndola y fui, rechazado, rechazado, rechazado, etc.
Ese mismo año la empresa creció y me trasladaron a unos 45
km a la localidad de Morón zona
oeste del gran Buenos Aires, allí
fui promovido a jefe de ventas. Por
ende estaba todo encaminado.
Pero esta historia
no es de mis logros laborales ni
nada por el estilo.
Esta historia enmarca
lo extraño e incomprensible que
puede ser la vida.
No supe de Silvia por unos 7 u 8 meses. Mas que algún saludo
o mensaje, que le enviaba y ella respondía no había nada no
existía relación alguna.
Pero la vida cierra y abre puertas constantemente.
Yo tenía novia y
estaba intentando centrarme en mi pareja. Era difícil tenia a mi cargo 30 jóvenes
mujeres entre promotoras y vendedoras. Con Verónica
mi novia íbamos llevando la relación
bastante bien incluso ya teníamos planes de al menos convivir un tiempo y luego
ver.
En julio de 2017; Alberto quien para entonces era gerente
comercial me llama desde Quilmes
para decirme que habían tomado más gente y que me había conseguido una
excelente jefa de promotoras. Algo que me incomodo pues creí que pretendía
ponerme una espía o soplona que me
vigilara pues yo estaba 45 kilómetros de Quilmes
y compartía despacho oficina de por medio con el principal accionista de la
empresa el Dr. Facundo Rivera con quien además almorzábamos juntos algo que en
la empresa se había regado como pólvora. Por ende pensé que los celos profesionales de mi amigo
habían aflorado. Además tomar una persona de la zona sur del conurbano
bonaerense para que se traslade todos los días 45 kilómetros, era de pensar.
Pero tampoco me molestaba demasiado, si bien lo plantee, no
me molestaba. Me sorprendió que Alberto hubiera pensado en todo. Su respuesta
es que la mujer vivía en la localidad de Lomas, eso la cercaba mucho, por lo
tanto yo le podría brindar transporte, pues la empresa me había puesto un auto
a disposición. Auto que yo supuestamente utilizaba todos los días para
movilizarme de mi residencia en la localidad de
Berazategui a mi trabajo en Morón.
Lo que ponía a esta jefa de promotoras justo a la mitad de mi camino. Lo malo
es que yo no en realidad regresaba jamás de lunes a viernes a Berazategui, pues
convivía con una de las chicas que trabajan conmigo, es que la oportunidad hace
al ladrón y al infiel.
En vano jugué mi carta de hablar con el Dr. Rivera, Alberto
se adelanto y había vendido muy bien
a esta maestra de la promoción.
La verdad era que necesita ayuda en mi labor. Promover
noveles promotores y/o vendedores con responsabilidades no es fácil,
sino están preparados fracasan y eso me había pasado un par de veces. En
especial con las promotoras, pero yo
sabía que era mi culpa, por eso de la oportunidad e infidelidad.
En fin el lunes fui a recoger a la jefa de promotoras que según los datos que me
dieron se llamaba Marisa, además estaría con el uniforme de la empresa del lado
oeste de la estación de Lomas. Como lo había acordado a las 7:30 hs estuve ahí,
llegue y ahí la vi vestida del traje azul al cuerpo, el traje que se les daba a
las promotoras, le toque bocina y ambos nos sorprendimos, era Silvia más linda
que lo que la recordaba. Claro, descubrí su segundo nombre era Marisa, nombre
que a ella no le gustaba mucho. Media hora de charla y no lo podíamos creer,
ella no lo podía creer que yo no tenía nada que ver con su incorporación ni aun
con su estatus laboral. Llegamos a la oficina
la presente, la deje con las promotoras, mas tarde iríamos a almorzar. Yo
estaba entusiasmado, con la situación en
especial con la oportunidad.
Minutos antes del medio día llamo Alberto y con un tono
jocoso me pregunto ¿Y qué tal tu futura esposa, no me lo agradeces?. Obvio se
lo agradecí y lo puse al tanto de que ya nos conocíamos y de la relación de
amistad que por ahora teníamos. Respondió
en su tono misterioso y
trascendental, argumentando que él sabía que era mi destino. Que todos teníamos un destino
que cumplir, y bla, bla, bla. Lo escuche y como siempre le di por su lado,
además de nuevamente comprometerme que iría de visita a su casa de retiro. Más de
una invitación tenía en mi agenda de visitar tan nombrada casa.
Alberto para trabajar vivía en casa de Susi (Susana F. mi mejor amiga), pero tenía una casa en
Magdalena a 80 kilómetros cerca de una reserva ecológica “llamada el destino”. A
mi hacer 80 kilómetros para una visita, o para un retiro espiritual como
varias veces lo había propuesto mi amigo. Definitivamente no era algo que me
entusiasmara.
Las cosas se fueron desenvolviendo naturalmente,
trabajábamos juntos con Silvia y realmente nos iba muy bien. Alberto me
alentaba a que avanzara en una relación romántica con Silvia, incluso supe
tiempo después que llego a hablar con ella sobre el tema. Parecía una matrona
intentando cazar a la doncella.
Yo cumplía con ser su transporte algo que no me desagradaba
pues cada vez nos relacionábamos mejor. Hasta que un día subiendo el
ascensor juntos, me miro callada la
boca, con una mirada picara, paro el ascensor con el botón de emergencia y me beso en la boca. Comenzamos una relación, que decidimos no decir a
nadie, ni aun a Alberto. A él si se lo diríamos por supuesto, pero en las fiestas navideñas. A partir de
aquí la historia se trastorna,
cambia y descubre.
Un mundo extraño empieza descubrirse
Un mundo extraño y lejano para mí y también para Silvia,
pero no para todos.
La primera vez que hicimos
el amor fue en un hotel de Morón, fue más o menos a los 15 o 20 días de ser
amantes, si amantes pues ella aun salía con Gastón y yo tenía mi novia formal y
la chica con la que estaba conviviendo. Igual por extraño que parecía en el
término de una semana por causas menores esas relaciones empezaron a
desaparecer. Silvia dejo a Gastón y yo deje a Verónica y Alicia regreso a Misiones
a atender un tema familiar. Yo me quede con la casa que alquilaba Alicia aun
que ella pensaba regresar, así que dejo la mayoría de sus cosas a mi cuidado, nuestra
relación era una relación abierta y de amistad.
Silvia me dijo que había empezado a tener un sueño extraño y
repetitivo que no la dejaba descansar. Soñaba con un reloj dorado, la imagen
estática de un reloj dorado y un tic, tac constante. También refería un dolor a
la altura del cuello que llegaba hasta el omoplato derecho. Le dije que sería
por el trabajo, la tensión de llegar a objetivos constante y lidiar con mucha
gente es desgastante. Yo le brindaba sesiones de masajes personales.
Nuestra relación marchaba bien, me presento a Estefanía su
tesoro y le agrade a la niña, también a
Mari .Pero la salud de Silvia no mejoraba; seguía con su problema de sueños,
así que fue al médico, por ambos problemas el descanso y el dolor en el cuello
y omoplato aumentaba. Le dieron medicación y tratamiento, pero solo le resulto
un tiempo.
En una ocasión cuando estábamos haciendo el amor. Y ella
estaba encima mío pego un grito y perdió el conocimiento. Yo supuse que era una
reacción altamente placentera de su parte. Luego de unos segundos regreso en
si, me miro y me dijo:
—Chape vos sos chape. —mientras me miraba con ojos
desconcertados y se cubría con las sabanas. —Yo no entendía.
La deje que se calme tomamos una gaseosas, su cara de
asombro me desconcertaba.
Le pregunte qué había pasado.
Continua., la historia no termina ahi.
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