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miércoles, 19 de agosto de 2020

La niña del mar

Zeitmar 

La niña del mar 

Chape 1ra parte


1504
Una playa de arenas blancas, en algún lugar del nuevo continente descubierto hace 13 años. Sobre una roca en  la arena está sentada una niña del lugar, ella espera y desespera. El día es soleado, las olas golpean una y otra vez las rocas. Hace 7 años los sirvientes de los grandes pájaros del mar se llevaron a sus padres y jamás regresaron. Pero hoy un temor más grande se ha apoderado de la niña ahora más que nunca necesita a sus padres. Ella va a necesitar quienes la protejan.  

cuento de mente sin cadenas
Zeitmar

Bs as 2016…
Silvia atendía en su escritorio a un cliente o un futuro cliente, el fulano se acerco solo a mirar a través de los vidrios del local. Pero eso fue más que suficiente como para  ser atrapado por una promotora de autódromo en este caso seria de ventas que lo sentaría en las cómodas sillas de un vendedor,
La vida de Silvia no era una vida fácil.
Desde los 16 años es madre soltera, muy joven  cometió un error  que  le dejo un regalo hermoso, su hija de 6 años Stefania. Esa es una  historia particular en su vida, que la moldearía para siempre.

En diciembre de 2007 ella junto con su familia, un matrimonio compuesto por su padre de 45 años y su madre de 31años.Su padre era mayor si pero aun, con 45 parecía un  adolecente, nunca un trabajo constante. Tanto era la situación que Sara la abuela paterna, les compro un departamento en un barrio del Sur del gran Bs As, mama salvo al nene de una golpiza segura. Deudas de juegos y pequeñas estafas en el pueblo donde todos se conocen, no era una buena mezcla.  Es por eso que se mudaron del interior de la provincia al AMBA, la zona periférica de la capital de Argentina.
El complejo aun estaba en construcción, había varios departamentos que aun se estaban terminando. Algo bueno de mudarse era que no los conocía nadie, era un comienzo una oportunidad única. Sin embargo los problemas familiares  no tardaron en resurgir, bajo la forma de constantes nuevas oportunidades, que su padre traía nuevamente  de forma periódica al hogar lo que motivaba, grandes discusiones.
Pero Silvia aun así disfrutaba del lugar, la nueva escuela  del barrio, era una escuela pública y le brindo un círculo social amplio, nuevas amistades de todo tipo, ella había encajado como anillo al dedo, era una chica de buen ver. Pelo castaño oscuro, ojos  verdes, delgada, algo tímida pero no tanto como para mantener la mirada abajo. Ella sabía muy bien cómo llamar la atención de los chicos.
Pero eso no duraría, cerca de su barrio había otra escuela, no cualquier escuela una escuela religiosa administradas por monjas. Bueno ¿adónde mandarían los Lison? (apellido de la familia), a estudiar a su joven hija. Pues claro a la escuela de monjas. Su madre quería encajar en la nueva sociedad, una sociedad de ciudad. Ella quería dejar detrás todo lo referente al pueblo era por eso que Silvia debía de ir a donde las clases altas mandaban a sus hijos. En vano intento una airada protesta que pronto, paso a una tímida queja, para luego quedar en el olvido y aceptación. Las nenas bien del colegio no le dieron una muy buena bienvenida. Pero poco a poco se acomodo, y empezó el tiempo a pasar, un tiempo rutinario y aburrido. Amigas, amigas no tenia, su madre tampoco la dejaba salir, salvo a los cumpleaños de sus compañeras. Fiestas que Silvia calificaba de gente falsa y aburrida. Esta situación se agravaba, se estaba haciendo intolerable. Pero todo comenzó a cambiar y fue justo en un cumpleaños aburrido que conoció a Matías el hermano de una de sus compañeras. En un par de meses; Silvia tuvo su primer novio, su primer beso, y una aprobación de  mama pues estaba encantada, la nena se había conseguido un novio de la alta sociedad. Su idea estaba dando resultado, Matías era lindo educado  y su familia tenía más de una empresa. Si hasta parecía que la novia fuera Lidia la mama de Silvia.
 Silvia descubrió con el tiempo que el sexo con Matías no era lo que esperaba, descubrió también,  que a su madre sus problemas amorosos tampoco le interesaban. Solo quería que se embarace y se asegure a Matías. A Silvia no le convencía la idea de embarazo ella tenias planes personales pero si le preocupaba que el sexo le supiera a una papa cruda. 

Pero el universo siempre provee.

Silvia solía subir a la terraza a tomar sol en bikini los sábados, pues como el barrio todavía se estaba terminando, no había mucha gente. Una tarde de sol radiante fue sorprendida por dos extraños que caminaban y hablaban fuertemente. Una pareja, unos nuevos vecinos, la mujer la saludo y entablo una conversación muy amena, el hombre permanecía alejado. Si, eran nuevos vecinos Elena Y Juan Manuel. Pronto comenzó una linda amistad, el matrimonio no tenía hijos. El tenía 35 años y ella 29 años, tenían un comercio local.
Silvia se dio cuenta que la atraía Juan Manuel, pero no le dio más interés al asunto, pero se percato que Juan Manuel solía subir a la terraza todos los viernes a tomar fotos pues su hobby era la fotografía. Así que cambio su hábito de tomar sol los sábados por los viernes, el primer viernes fue el más difícil. ¿Con que excusa se le aparecería? Sin duda se daría cuenta, ¿y si se da cuenta Elena o su madre? Las cosas con Matías solo lo sostenía su suegra en la relación. Así que Silvia  tomo coraje y subió a la terraza.
Luego de unos encuentros casuales, no tan casuales, sucedió el encuentro. El encuentro de los encuentros el de profundas miradas que termino en un beso.  Pero no cualquier beso, ese beso según su experiencia era perfecto, la estremeció y la dejo sin aliento. Entonces comenzó a experimentar un nuevo escenario de su sexualidad. Digamos que de comer papas crudas pasó a disfrutar de la cocina del más alto gourmet. De esa relación clandestina, sí se quedaría embarazada y nacería Stefania.

Para la familia Lison, todo estaba otra vez de cabeza la nena embaraza, y no de su novio, pues ella misma lo había corrido hacia unos meses. Embarazada, ¿de quién? Silvia jamás revelo el nombre de su amante. Apenas se supo del embarazo  la llevaron a la Provincia de Rosario donde la dejaron como un paquete en la casa de tía Mari. La tía Mari era una mujer de unos 60 años de estado civil soltera, ella administraba hábilmente un tambo productor de leche. Silvia conocía a la tía Mari, solo por lo que en los círculos familiares se decía de ella… nada bueno pues su peor pecado era ser soltera.
Los días pasaban y ella aprendió a comprender y a querer a Mari , Mari no era ni tonta ni machona, Mari era libre e inteligente. No era una mujer pacata y torpe, con Mari Silvia se sentía segura y libre. A Mari le confesó su experiencia y quien era el padre de su futuro hijo/a.
Mari alentó la libertad de Silvia, le regalo un libro sobre las costumbres sexuales árabes.
Silvia devoro el libro en días  le fascinó la lectura y se lleno de fantasías. Pero lo más importante de sus días con la tía Mari, fue el cambio profundo en su vida ya no dejaría que otros decidan por su vida. En diciembre del 2010 nació Estefanía, solo Mari estuvo con ellas, le avisaron con tiempo a los padres de Silvia pero les dejaron sus mejores deseos y ninguno fue a acompañarla.
Cuando Stefania tubo 2 años Silvia regreso a Bs .AS. Pero no regreso sola regreso con Mari, ambas compartían un departamento que Mari compro. Es que cuando Mari se entero que Silvia la dejaría y por ende no vería más a Stefania, no pudo dejarlas venir solas. Silvia acepto gustosa, pues ella pensaba venir a la casa de sus padres y eso la incomodaba. Además ella sentía que Mari, era más su mama que su propia madre.


Pero… ¿cómo se yo estas cosas? Bueno  soy el omnisciente, pero además me lo contó en primera persona Silvia. Pues aquí entro yo, en esta historia.
¿Quién soy yo?
Mi nombre es Andrés soy jefe de un equipo de vendedores de planes de salud, en realidad tengo 4 cuatro equipos a mi cargo. Tres de ventas y uno de promotoras. No me quejo, me va muy bien. Mi equipo de trabajo es el mejor, pero además me lo reconocen en la empresa. Con Alberto el jefe de ventas, hemos trabado un amistad, con su esposa Susana nos hemos hecho íntimos amigos es mi mejor amiga y confidente.

Septiembre Bs As 2016



Estoy de camino a la ofician. Un día soleado en la ciudad de Quilmes, ciudad de la Provincia de Buenos Aires. Camino lentamente balanceando el maletín negro, llevo un traje negro con corbata azul y camisa blanca. Al doblar la esquina la vi a través de los vidrios, pelo ondeado de color castaño oscuro, piel bronceada y hermosos ojos claros.
¿Serán verdes, o celestes?
No los podía ver bien estaba absorto en mi búsqueda cuando alguien me hablo. Una promotora, de muy buen ver hizo su trabajo de entrarme al local. Yo jugué un poco a la resistencia y luego accedí. Así conocí a Silvia; entre al local y ella me atendió. Fue difícil no comprarle un auto, era bella y muy buena en su trabajo. Pero yo tenía mi secreto, no era que no pudiera  acceder a comprar el auto, podía, podía tranquilamente. Pero mi secreto es y era que soy un romántico comprometido con el medioambiente y jure que solo me compraría un auto cuando los autos no contaminaran. Mientras tanto utilizaba siempre el transporte público o de alquiler. Le di mi tarjeta conseguí su número de teléfono y la invite a cenar, algo que ella acepto. Pero solo acepto cenar con un futuro cliente, fui rechazado esa noche. Como todo vendedor insistí enviando flores llamando sorprendiéndola y fui, rechazado, rechazado, rechazado, etc.
Ese mismo año la empresa creció y me trasladaron a unos 45 km a la localidad de Morón zona oeste del gran Buenos Aires, allí fui promovido a jefe de ventas. Por ende estaba todo encaminado.

Pero esta historia no es de mis logros laborales ni nada por el estilo.
Esta historia enmarca lo extraño e incomprensible que puede ser la vida.
No supe de Silvia por unos 7 u 8 meses. Mas que algún saludo o mensaje, que  le enviaba y ella respondía no había nada no existía relación alguna.

Pero la vida cierra y abre puertas constantemente.

Yo tenía novia y estaba intentando centrarme en mi pareja. Era difícil tenia a mi cargo 30 jóvenes mujeres entre promotoras y vendedoras. Con  Verónica  mi novia íbamos llevando la relación bastante bien incluso ya teníamos planes de al menos convivir un tiempo y luego ver. 
En julio de 2017; Alberto quien para entonces era gerente comercial me llama desde Quilmes para decirme que habían tomado más gente y que me había conseguido una excelente jefa de promotoras.  Algo que me incomodo pues creí que pretendía ponerme una espía o soplona que me vigilara pues yo estaba 45 kilómetros de Quilmes y compartía despacho oficina de por medio con el principal accionista de la empresa el Dr. Facundo Rivera con quien además almorzábamos juntos algo que en la empresa se había regado como pólvora. Por ende pensé que los celos profesionales de mi amigo  habían aflorado. Además tomar una persona de la zona sur del conurbano bonaerense para que se traslade todos los días 45 kilómetros, era de pensar.
Pero tampoco me molestaba demasiado, si bien lo plantee, no me molestaba. Me sorprendió que Alberto hubiera pensado en todo. Su respuesta es que la mujer vivía en la localidad de Lomas, eso la cercaba mucho, por lo tanto yo le podría brindar transporte, pues la empresa me había puesto un auto a disposición. Auto que yo supuestamente utilizaba todos los días para movilizarme de mi residencia en la localidad de  Berazategui  a mi trabajo en Morón. Lo que ponía a esta jefa de promotoras justo a la mitad de mi camino. Lo malo es que yo no en realidad regresaba jamás de lunes a viernes a Berazategui, pues convivía con una de las chicas que trabajan conmigo, es que la oportunidad hace al ladrón y al infiel.
En vano jugué mi carta de hablar con el Dr. Rivera, Alberto se adelanto y había vendido muy bien a esta maestra de la promoción.
La verdad era que necesita ayuda en mi labor. Promover noveles promotores y/o vendedores con responsabilidades no es fácil, sino están preparados fracasan y eso me había pasado un par de veces. En especial con las promotoras, pero yo sabía que era mi culpa, por eso de la oportunidad e infidelidad.
En fin el lunes fui a recoger a la jefa de promotoras que según los datos que me dieron se llamaba Marisa, además estaría con el uniforme de la empresa del lado oeste de la estación de Lomas. Como lo había acordado a las 7:30 hs estuve ahí, llegue y ahí la vi vestida del traje azul al cuerpo, el traje que se les daba a las promotoras, le toque bocina y ambos nos sorprendimos, era Silvia más linda que lo que la recordaba. Claro, descubrí su segundo nombre era Marisa, nombre que a ella no le gustaba mucho. Media hora de charla y no lo podíamos creer, ella no lo podía creer que yo no tenía nada que ver con su incorporación ni aun con su estatus laboral. Llegamos a la oficina la presente, la deje con las promotoras, mas tarde iríamos a almorzar. Yo estaba  entusiasmado, con la situación en especial con la oportunidad.
Minutos antes del medio día llamo Alberto y con un tono jocoso me pregunto ¿Y qué tal tu futura esposa, no me lo agradeces?. Obvio se lo agradecí y lo puse al tanto de que ya nos conocíamos y de la relación de amistad  que por ahora teníamos. Respondió en su tono misterioso y trascendental, argumentando que él sabía que era mi destino. Que todos teníamos un destino que cumplir, y bla, bla, bla. Lo escuche y como siempre le di por su lado, además de nuevamente comprometerme que iría de visita a su casa de retiro. Más de una invitación tenía en mi agenda de visitar tan nombrada casa.
Alberto para trabajar vivía en casa de Susi (Susana F. mi mejor amiga), pero tenía una casa en Magdalena a 80 kilómetros cerca de una reserva ecológica “llamada el destino”. A mi  hacer 80 kilómetros para  una visita, o para un retiro espiritual como varias veces lo había propuesto mi amigo. Definitivamente no era algo que me entusiasmara.

Las cosas se fueron desenvolviendo naturalmente, trabajábamos juntos con Silvia y realmente nos iba muy bien. Alberto me alentaba a que avanzara en una relación romántica con Silvia, incluso supe tiempo después que llego a hablar con ella sobre el tema. Parecía una matrona intentando cazar a la doncella. 
Yo cumplía con ser su transporte algo que no me desagradaba pues cada vez nos relacionábamos mejor. Hasta que un día subiendo el ascensor  juntos, me miro callada la boca, con una mirada picara, paro el ascensor con el botón de emergencia y me beso en la boca. Comenzamos una relación, que decidimos no decir a nadie, ni aun a Alberto. A él si se lo diríamos por supuesto,  pero en las fiestas navideñas. A partir de aquí la historia se trastorna, cambia y descubre.

Un mundo extraño empieza descubrirse

Un mundo extraño y lejano para mí y también para Silvia, pero no para todos.
La primera vez que hicimos el amor fue en un hotel de Morón, fue más o menos a los 15 o 20 días de ser amantes, si amantes pues ella aun salía con Gastón y yo tenía mi novia formal y la chica con la que estaba conviviendo. Igual por extraño que parecía en el término de una semana por causas menores esas relaciones empezaron a desaparecer. Silvia dejo a Gastón y yo deje a Verónica y Alicia regreso a Misiones a atender un tema familiar. Yo me quede con la casa que alquilaba Alicia aun que ella pensaba regresar, así que dejo la mayoría de sus cosas a mi cuidado, nuestra relación era una relación abierta y de amistad.
Silvia me dijo que había empezado a tener un sueño extraño y repetitivo que no la dejaba descansar. Soñaba con un reloj dorado, la imagen estática de un reloj dorado y un tic, tac constante. También refería un dolor a la altura del cuello que llegaba hasta el omoplato derecho. Le dije que sería por el trabajo, la tensión de llegar a objetivos constante y lidiar con mucha gente es desgastante. Yo le brindaba sesiones de masajes personales.
Nuestra relación marchaba bien, me presento a Estefanía su tesoro  y le agrade a la niña, también a Mari .Pero la salud de Silvia no mejoraba; seguía con su problema de sueños, así que fue al médico, por ambos problemas el descanso y el dolor en el cuello y omoplato aumentaba. Le dieron medicación y tratamiento, pero solo le resulto un tiempo. 
En una ocasión cuando estábamos haciendo el amor. Y ella estaba encima mío pego un grito y perdió el conocimiento. Yo supuse que era una reacción altamente placentera de su parte. Luego de unos segundos regreso en si, me miro y me dijo:
—Chape vos sos chape. —mientras me miraba con ojos desconcertados y se cubría con las sabanas. —Yo no entendía.
La deje que se calme tomamos una gaseosas, su cara de asombro me desconcertaba.
Le pregunte qué había pasado.
Continua., la historia no termina ahi.


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